Por un largo caminito de las nubes
José A. Riquelme Escudero

Quien cuando escucho esta canción, no dejo salir de si un suspiro de recuerdo, de nostalgia, de amor a aquellos tiempos pasados vividos que sin embargo siguen atados a nuestro pensamiento........Y que cada madrugada del 6 de Enero salen a flote, haciendo latente en nosotros acaso las palabras profundas y significativas del Maestro Jesús, susurrándonos al oído "Para entrar al reino de los cielos, debéis ser cual niños".

Mas que proféticas, diría yo, Alegórica. Esa necesidad "sine qua non", sin la que todo esfuerzo e intento por trascender este mundo, hacia ese Paraíso Prometido, sería imposible.

¿Qué tienen los niños que acaso un adulto haya perdido? ¿Qué tiene esa fecha simbólica de Reyes, y que tienen esos Reyes Magos, que hagan precisa toda esta referencia para lograr comprenderla?

Aquí, como veréis me cuestiono a mi mismo, por ello si me lo permiten, responderé cuanto a mis hijos en su momento he dicho, aquel día, en que dubitativo el mayor de ellos arremetiendo a mi inteligencia, mirándome fijamente a los ojos, dejo escapar entre suspiros:
Papá, decime la verdad, los Reyes Magos existen o no? Y no me mientas, que son demasiadas la personas y los medios de comunicación que dejan entrever que todo esto no es mas que una fantasía. La sombra de la duda y el engaño empezaron a recorrer mi mente, como explicar algo tan interno y tan personal, desde un punto de vista racional?

Surgía ante mi enseguida esa imagen del pobre "Isaac" mirando indefenso con ojos de amor, a su Padre Abraham que empuñaba la daga amenazante a su pequeña y débil humanidad. ¿Que responder me dije? Pues en verdad irían en esas palabras de respuesta profundas, acaso mis propios sentimientos, mis propias creencias, mis propios sueños, confirmando lo que la ciencia sociológica nos menciona: "Somos cuanto otros han construido y pensado, sus aciertos y sus errores", y eran esas así, la plena confirmación de cuanto me sucedía, era a mi mismo a quien respondía.


Que dije?.......He aquí en esta breve reseña recién mencionada, de quien a cuya gloria celebramos la también significativa visita de los Tres Reyes Magos, donde finalmente encontré las respuestas......

Los niños son la más tierna y hermosa creación de Dios, siendo más precisos, es en esta etapa de la vida, donde la belleza se deja ver en su total dimensión, sus sonrisas arrancan el dolor, extraen el odio y la negrura hasta del corazón más duro, en la mirada de un niño vemos cual dos luceros, el brillo de quien ve en cada obra de la naturaleza la magia del Supremo Creador. Palpar sus manos, ser acariciados por ellas, es sentir la suavidad, mayor aun, que la mejor ceda creada por hombre alguno; sentir el abrazo de un niño, es como ser abrazado y acurrucado por el misterio mas profundo, el calor mas acogedor y el frío mas intenso, es una sensación que solo para el espíritu fue hecha. Evidentemente que la razón no conoce de estos recovecos del alma.

Conversar con un niño, es hablar con Dios, nada te dirá que engañe a tus sentidos o a tu razón, sus palabras son sencillas y simples como la salida diaria del Sol, su corazón no conoce mentiras ni ambición, aun, aquel nacido en cuna de oro, plata o barro, basta ver sus ojos cuando entre sus manos atesoran un humilde balón lo mismo que una nave espacial.

La magia, la bondad, la gratitud tienen en la expresión de esos pequeños su mejor ropaje, el pensamiento de quien a su lado pasa y no se fija en que traes puesto, el color y la marca de la prenda que vistes. Su despertar es como su descanso, nada de apariencias que arreglar ni fingir, un lavado de rostro, una cepillada de dientes, una ropa limpia y ya esta, el mundo por conquistar.!!!

Nosotros en cambio, los adultos, en cada palabra, en cada gesto, en cada forma de comer, de vestir, de reír, de bailar, de pensar, de gustar y hasta de amar, es un que dirán, es un vivir en los ojos imaginarios del otro; es vestir la personalidad comprada en la primea tienda comercial, revista o novela de moda.
Nosotros, despertamos siendo otros, trabajamos adormecidos y dormimos muriendo, el tiempo pasa y lo medimos por cada suspiro que se no escapa. Y ahí, cuando las puertas de la eternidad se entreabren, miramos al cielo y pedimos cual "Nicodemo", solo una gota mas de agua de vida, al final de nuestro peregrinar nos damos cuenta que nos falto lo mejor: "Disfrutar y vivir el paisaje recorrido"

ESOS SON LOS NIÑOS Y LOS OTROS SOMOS NOSOTROS

Pero volvamos ahora a los Reyes Magos:

Melchor, Gaspar y Baltasar, Oro, Incienso y Mirra.......tan poco y tan mucho.

Tres Reyes siguiendo una estrella, vienen hasta un pesebre a rendir honores a un pequeño recién nacido, ovejas, vacas, gallos, burritos, pastores, pasto de edredón y las estrellas de techo, el Gran Templo del Universo como Hogar!.

Nosotros los hombres soñamos en ser Reyes, imaginamos que nos rinden pleitesía, honores, queremos ser respetados, queridos, adulados, temidos, ser imprescindibles pero al mismo tiempo hacer lo mínimo para ello; queremos ser REYES.

Que absurdo entonces arremetió contra esos Tres Reyes Magos, que de Oriente vinieron ellos a rendir honores e inclinarse ante aquel humilde pequeño, sencillo y hasta pobre dirán, hablando por supuesto de aquella pobreza profana y material, pues quien llamaría pobre a quien ha sido concebido en el centro del Universo mismo, teniendo a la naturaleza misma como cuna nodriza?

Pero ellos se acercaron y reverenciaron, dejaron de lado sus joyas, sus adornos, sus condecoraciones; bajaron sus rostros y adoraron.
Venían de Oriente, sí, de donde nace el Sol, donde el mundo fue creado, donde los efectos dan lugar a las causas, así desprovistos de toda dualidad y falsedad trascendieron ídolos de papel, barro y metal. Ellos, cuya razón fue superada por la intuición del alma, cuyos ojos brillaron siguiendo a la estrella de Belén, vieron ante sí, el misterio mas grande la humanidad, el VERBO HECHO CARNE, que descendió para habitar con los suyos, y esos tres Reyes Magos ahí, lo reconocieron.

Con esta breve reflexión y reseña, quise yo responderme a la pregunta cursada por mi hijo respecto a si los "Reyes existen"; recordé ahí mis años de niño, cuando mis ojos espiás miraban al cielo buscando camellos y magos bajando por ese "Largo Caminito de las Nubes"..................

Y los Vi....................lo recuerdo.

Mi corazón al momento explosiono y un sentimiento conocido salio a flote, pensamientos e imágenes distantes se hacían presentes hoy como ayer, aquellas construcciones mentales friás y calculistas que solo me traen cuanto mis limitados sentidos perciben, se alejaban así de mi, el disco duro del cuerpo causal da paso y trascendencia al Espíritu, el de aquel niño dormido en mi corazón, ¿"acaso la razón 2 veces"?.

Otra vez venían a mi las palabras del Maestro Jesús: "Solo siendo como niños podréis entrar al reino de los Cielos", y los Tres Reyes Magos hicieron su aparición, era aquello, aniquilar el ego, dejar de lado todo protagonismo mundano, encontrar a aquel Niño-Dios, la expresión verdadera del verbo hecho carne, se resumían ante mi esos símbolos sagrados recordados cada 6 de Enero, se repetía así la vivencia que siempre estuvo y que seguirá, el momento exacto en que hombres y mujeres dejando de lado sus ambiciones, sus apariencias, sus joyas y metales profanos y mundanos, rinden homenaje en la figura de "Los Pequeñitos" a ese Niño Jesús en Belén, cuerpo/espíritu que al trascender la muerte en la cruz de los elementos vive hoy en cada uno de nosotros.

De pronto, la película me aparecía clara, la respuesta a mis hijos y a mi surgían espontáneamente:
Cada día de Reyes, con ese humilde obsequio, despertamos el brillo en aquellos ojos que estallan al romper el papel, esa sonrisa cobra vida y nos devuelve la magia perdida, esa que siempre subsiste cuesta arriba regresándonos al Oriente, requisito para entrar en el Edén.

Por todo ello, Queridos Hermanos y Amigos, si me permiten una pequeña conclusión, ya que hasta aquí me habéis seguido:
¡Que cada día que amanece baje a todos nosotros la magia simbolizada de cada Rey Mago, y que antes de ir a dormir no dejemos nunca de arrancar una sonrisa en un niño, para disfrutar la dicha tras esos dos luceros, tal vez así podamos pronto reencontrarnos cual hijo prodigo de vuelta al hogar!

Dulce Sueños y que los Reyes no te vean......................

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